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jueves, 3 de mayo de 2012

CARMINA

Se entrenaban para estar muertos, no tuvieron niñez.  Cada día que sobrevivían era un triunfo; bien lo sabía Carmina, cuando iba con sus hermanos a recoger carbonilla a la estación para poder comer un mendrugo de pan. Un día se acercó demasiado a las vías, mientras sujetaba fuertemente su faltriquera para que no se le cayera lo que había ido recogiendo, cuando llegó el tren y le destrozó el pie derecho.
Carmina sueña muchas noches con ese día, pensando que las consecuencias podrían haber sido mucho peores, al fin y al cabo, su cojera no le había impedido vivir y ser feliz.


2 comentarios:

  1. Al fin y al cabo es una afortunada pues sin un pie se puede seguir viviendo, hay personas que desgraciadamente su vivencia con el tren no pueden contarla, nosotros tenemos unas vías muy cerquita de donde vivimos y a lo largo de todos estos años han sido demasiados casos, uno de ellos nos tocó bien de cerca en la familia, es duro seguir viendo el lugar a diario.
    Muy bueno el relato Lolilla.
    Besos preciosa.

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