Etiquetas

martes, 20 de noviembre de 2012

La importancia de llamarse Isadora


Santos...así se llamaba, ¿qué historia se escondería bajo ese nombre?

El nombre es algo que te marca de una manera especial durante toda la vida. Siempre existe una razón por la que se elige uno u otro.


Yo no me llamo Isadora, mis padres me bautizaron con el rimbombante nombre de Isabel María de la Adoración. Isabel por mi madre y María de la Adoración por mi abuela paterna. Hasta los veinte años, cuando me fui a vivir a Londres, para mis amigos era Isa, para mis padres Isabel, para mi abuela paterna Dorita, y para Concepción, mi adorada abuelita materna, era Isita.
- "Isita, no lo olvides nunca: más vale morir de pie que vivir de rodillas" me decía...Ella lo sabía muy bien, luchadora y vitalista toda su vida, se tuvo que enfrentar a las autoridades de aquellos tenebrosos años, cuando le puso a mi madre el bonito nombre de Pasionaria y se vio obligada a cambiárselo, ya que le amenazaron con retirarle la cartilla de racionamiento.


- " Pasionaria es el nombre de una flor, una bonita flor como mi niña pequeña", argumentaba mi abuela ante aquellas personas que le negaban el derecho de llamar a su hija como ella quisiera. 
Así mi madre pasó a llamarse Isabel, con el María delante, por supuesto.



Cuando nació mi hijo y le inscribí en el Registro Civil como Nilo, la funcionaria me miró fijamente y me dijo: 
- ¡Anda mira qué gracia, como el marido de "la Teño"!
Alicia Teño, era una famosa presentadora de Televisión que se casó con un cubano llamado Nilo Pérez, un guapo pintor que tenía unos ojos negros tan preciosos como Osvaldito, el padre de mi Nilo.
Ustedes, lectores asiduos de este blog, ya conocen el verdadero motivo para que pusiera a mi hijo ese nombre...fue concebido a bordo de un barco durante  un crucero por el Nilo.


A Santos su nombre le iba como anillo al dedo por la paciencia que tenía para aguantar a los pesados de sus socios, Juan Carlos y Laura...y para aguantarme a mi también; y puestos a elucubrar sobre los motivos de sus padres para ponerle ese nombre, no se me ocurre ninguno lógico teniendo en cuenta que sus apellidos son Santos Santos, si, si... sus padres eran : Manuel Santos Fernández, notario y Felisa Santos Ramirez, sus labores, y esta última tuvo que ponerse de parto el día uno de noviembre día de todos los Santos; su religiosidad les impidió llamarle de otra forma al neonato.


Si fascinante es el mundo de cómo llamar a los hijos, más lo es el de los motes, o nombres adoptivos que se quedan para toda la vida, a veces para bien, y otras para mal. En el caso de Santos, de pequeño era muy rubio, y sus compañeros de colegio empezaron a llamarle "Rubik", más que por el color de su cabello, por aquello de "Santos al cubo",  y así hasta "cubo de rubik" tan popular en aquellos años...





Prefiero Rubik, y así es como le llamo desde que me contó su historia...

Yo, ahora y siempre: Isadora.


No hay comentarios:

Publicar un comentario