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martes, 23 de julio de 2013

Un día de julio

Hace calor
y hay ruido, mucho ruido
que no me deja escarbar
en mis recuerdos.

Anoche solté amarras
y me dejé llevar hasta tu ausencia
lloré, lloré mucho
por no estar contigo siempre.

Me dejas a merced de sombras
que no hacen más que enturbiar
la tranquilidad de ese lago silencioso
que descubriste para mi.

Tengo que conformarme
con imaginar mares escondidos
que me ofrecen su orilla
y soñar que algún día
nos bañaremos desnudos, otra vez
solos tu y yo
sin más compañía que el reflejo
de esa playa dedicada a los muertos.

Hace calor
Ni  las lágrimas derramadas,
ni las aguas de lagos, playas, mares
pueden refrescarme.
Esperaré la noche
para sumergirme en la inmensa
luna llena de julio
y pensaré en silencio,
que hace justo un año
los dos la contemplábamos
absortos en la nada
cogidos de las manos
sin necesitar nada más.





6 comentarios:

  1. Yo les llamo "poemas desde uno mismo" tan necesarios a veces ¿verdad?.

    Un abrazo cielo

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    1. Ya lo creo, Rosa...salen desde muy dentro. Gracias y un besazo, amiga.

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  2. Respuestas
    1. Los momentos felices se reviven con los recuerdos. Un beso, Diego :)

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