Etiquetas

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Ayuno

 
Escribo a veces por no llorar,
en esos días de ayuno.

Me abandona el poema
lo abrazas con tus ojos secos de luz
y te ilumina con palabras ciegas.

Si llego a tiempo, corrijo asonancias,
maliciosos caprichos que nacen
como la mala hierba.

y tu, sin sentir más que apetito,
engulles mis estrofas a palo seco,
sin puntos aparte ni diptongos
que detengan tu ansia de devorar versos.

Me devuelves un "me gusta"
y compartes con el resto de invitados
¡buen provecho!


 



sábado, 22 de noviembre de 2014

Sin nombre



Por no escribir su nombre en mi poema
 invento sombras que cuelguen de su muro.
Hay poca sangre en estas venas dibujadas
que recuerde que algún día fuimos niñas.
Brota el torrente de voces desnudas
de lo que pudo haber sido.
Demasiada savia intoxicada
para estas flores secas a destiempo.

Si supiera oírme le diría:
aún te quiero.











martes, 18 de noviembre de 2014

Pausa versal




Llamar a las cosas sin su nombre,
tildarlas de luz, sin acento conocido.
Baile de letras que disfraza
 los días de labor como una fiesta.
Recitar de memoria versos olvidados,
salvaguardar el  lenguaje
en un diccionario sin índice
y poner punto final a los discursos.
Inventar palabras, o recoger
aquellas que sembraron mis abuelas.

Yo me cansé hace tiempo de hablar bien,
me casé por lo civil con una musa.
Juré ante un viejo ejemplar de la RAE
ser siempre fiel a mis ideas, en la salud,
en la enfermedad.
Hasta que la ley del silencio
o esta pausa versal...

nos separe.

Todas las vidas de mi día.




sábado, 15 de noviembre de 2014

Fauna poética - Gato -



“…El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato…”

Pablo Neruda.



Hay poemas felinos
huyen de caricias,
arañan con metáforas,
ronronean a destiempo.
Si no puedes con ellos
déjalos partir.
Te quedan seis vidas
para reescribirlos.


lunes, 10 de noviembre de 2014

Abuela

Así la recuerdo,
pelo azul, de algodón dulce
piel de seda en las manos
con arruguitas pequeñas.
Dos dientes de oro,
vestido negro.
Cada primavera,
le nacían flores en la espalda.
No sabía leer.
¡Qué ricas sus rosquillas de anís y sus freixuelos!.
En su cocina de carbón y su fresquera
escondía armas de guerra contra el hambre
en ese Madrid en blanco y negro,
lejos de su verde Asturias,
dónde nació sin madre.
Algún día fue alegre, dicen.
Rezaba de rodillas 
cerca de un pesebre polvoriento
y nevaba en su salón algunas tardes.
Se le murió una hija que besaba
a su padre ausente en las paredes.
Ni la herradura detrás de su puerta
le libró de sufrir toda su vida.
Guardaba jabones con forma de rosa,
en un aparador con luna nueva.
Encontró el amor de su vida hasta su muerte.
Heredé sus pinzas para el pelo
y un abrigo marrón.
Ahora ya no me hacen falta,
hace calor casi siempre y me corté la melena.
Hay días que me la encuentro en una nube,
reflejada en los ojos de mi madre.




jueves, 6 de noviembre de 2014

Ese último abrazo

A José Feito Rodríguez.




Ese último abrazo,
a corazón abierto,
esa sonrisa regalada,
y tus ojos azul cielo...azul mar,
ese mar que nos unió más que la sangre,
más que ningún apellido, más que nada...
Ese mar, que ya nunca, nunca,...
será lo mismo sin ti.